Cuando se trata de ahorrar, una de las claves es optimizar al máximo el rendimiento de aquellos electrodomésticos y aparatos que utilizamos con mayor frecuencia en nuestra vida cotidiana. Es el caso, por ejemplo, de nuestro coche. Es nuestro medio de transporte, con el que nos movemos de un lado a otro prácticamente todos los días, por lo que si no funciona de manera eficiente nos va a suponer un incremento diario de nuestros gastos, y esto repercutirá finalmente en nuestra economía de manera notable.
Pero, ¿cómo podemos conseguir que nuestro coche realice su trabajo de forma óptima sin consumir más recursos de los realmente necesarios? Es la pregunta que vamos a responder a continuación.
Habitualmente solemos pensar que los carburantes, la sustancia que sirve de combustible para el motor de nuestro vehículo, son muy similares entre sí, cumpliendo todos la misma función sin diferencias notables, por lo que optamos por escoger los más económicos. Nada más lejos de la realidad: esta no es la mejor opción para ahorrar combustible. De hecho, muchas veces los carburantes más baratos son los que, a la larga, perjudican el correcto funcionamiento de nuestro coche, ya que van creando poco a poco pequeños depósitos de suciedad y residuos que se acumulan en el motor, causando que el consumo de carburante aumente para conseguir que el vehículo rinda como se espera de él. Por si fuera poco, no es raro que en estos casos el número de visitas al taller aumente considerablemente, pues se producen otros fallos mecánicos que lentamente van minando la “salud” de nuestro aliado de cuatro ruedas.
Por eso, es muy conveniente utilizar carburantes que velen por la integridad del motor, ayudando a limpiar los residuos y evitando que se forme nueva suciedad. Un buen ejemplo de este tipo de combustible son los carburantes BP con tecnología Active, que mantienen el motor en perfectas condiciones, lo que aumenta su rendimiento, alarga su vida útil y contribuye a que tu bolsillo no se resienta a causa de revisiones frecuentes y un mayor gasto en carburantes de baja calidad.
A continuación te mostramos unos útiles consejos para que ahorres carburante siguiendo unos sencillos pasos al conducir. Eso sí, recuerda que escoger un carburante de calidad es un requisito imprescindible para conseguirlo:
Otro aspecto muy importante a tener en cuenta es el aceite que usemos para el motor de nuestro coche. Su función principal va a ser lubricar sus componentes y evitar el desgaste de sus partes móviles disminuyendo la fricción entre ellas. Al igual que ocurre con los carburantes, si utilizamos aceites de motor de baja calidad la potencia del vehículo se verá comprometida y aumentará el gasto en combustible. Utilizar lubricantes de calidad, como los aceites de motor Castrol, te supondrá un ahorro importante al reducir el consumo de combustible, puesto que mantienen las partes mecánicas del motor perfectamente lubricadas y sin desgastes, a la vez que lo limpian de los restos de carbón que pueden formarse ocasionalmente para que no se acumulen.
Como ves, utilizar aceites y lubricantes de buena calidad es un aspecto muy importante a tener en cuenta si quieres que tu coche trabaje de manera eficiente, ya que si utilizas los más baratos estás poniendo en peligro la vida del motor y dañando su funcionamiento, lo que a corto plazo incrementará los gastos asociados a tu automóvil y, a largo, te obligará a cambiarlo antes de tiempo, con la enorme e innecesaria inversión que esto supone y la pérdida de tiempo y molestias que conlleva.
