El mercado hipotecario está repuntando a pesar de los cambios en la regulación. Un ejemplo de ello es el cambio relativo a quién paga el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados. Por un lado, aunque algunos bancos han compensado subiendo ligeramente los intereses, otros han optado por asumir el coste para mantener una oferta atractiva. Sin embargo, lo que nunca nos cuentan es cómo podemos ahorrar con nuestra hipoteca. ¡Comencemos!
Entender una hipoteca como medio para ahorrar
Saber qué es el TIN, el TAE o los diferentes costes son aspectos fundamentales que se deben tener en cuenta a la hora de buscar las mejores hipotecas.
- El TIN es un porcentaje fijo que se paga en función de la cantidad prestada. Relativamente sencillo de calcular una vez que se conoce su funcionamiento.
- El TAE, sin embargo, es una fórmula compleja. Dependiendo de la decisión del cliente, puede pedirse una hipoteca con un tipo de interés fijo o variable.
- El coste operativo mide lo que le cuesta a las instituciones las operaciones de los créditos y lleva implícito el índice de pérdidas esperadas.
- El índice de pérdidas esperadas calcula el riesgo del mercado al que se dirige el crédito.
- El coste de capital incluye el consumo de capital y el retorno esperado sobre los activos de los bancos.
¿Interés fijo o variable?
A pesar de la reciente eliminación de las famosas cláusulas suelo, el tipo variable puede no ser la mejor opción. En contrapartida, el efecto secundario de la eliminación de las cláusulas suelo es que también han desaparecido las cláusulas techo. Estas eran la garantía del cliente de que las mensualidades no superarían una cierta cantidad.
Es a causa de la eliminación de las cláusulas suelo, por lo que muchos optan por los tipos de interés variable. Por otro lado, existen buenas opciones entre los tipos de interés fijo. Por ello, conocer la cuota mensual hasta saldar la deuda con el banco desde el principio proporciona seguridad.
Otras cláusulas en las que fijarse
No siempre podemos quedarnos en la mejor de las situaciones. Una mala racha que provoque una demora en los pagos puede acarrear la aplicación de cláusulas de demora. Incluso una buena racha puede modificar el plan del banco para nuestra hipoteca. Es por eso por lo que hay que buscar un banco que ofrezca buenas condiciones en ambos supuestos.
Si un despido nos retrasa el pago de alguna mensualidad, una cláusula de demora que no castigue excesivamente un aplazamiento de los pagos puede ahorrarnos mucho dinero. En el caso de una buena racha, hay que fijarse en las cláusulas sobre la amortización anticipada.
Si quieres acortar el tiempo que estarás pagando la hipoteca algunas entidades pueden ofrecer comisiones notablemente más bajas.
Productos vinculados y otros gastos
Los bancos quieren proteger su inversión en el cliente, por eso exigen ciertos requisitos. Hay que leer bien lo que pide cada banco para considerar la aprobación de un crédito. Por ejemplo, algunos te pedirán la domiciliación de recibos, nóminas ,fondos de inversión o jubilación. Tendrás que estudiar si te interesa alguno de los productos necesarios antes de decantarte por una entidad concreta.
Lo que la mayoría de los bancos exige son los seguros de vida y hogar. Así se protegen ante el desembolso que realizan en tu nombre para la compra de la vivienda. Así mismo, hay que tener en cuenta los gastos de notaría, gestoría, apertura, tasación de la vivienda, etc. Es importante contar con ellos para no llevarse sorpresas antes incluso de obtener el crédito hipotecario.
Como ves, elegir la entidad bancaria para tu hipoteca no es algo sencillo. Sin embargo, si sigues estos consejos, conseguirás tomar una mejor decisión. ¿Listo para pedir tu hipoteca?