Vivimos rodeados de electrodomésticos y los utilizamos constantemente en nuestras rutinas diarias. Al levantarnos, sacamos la leche del frigorífico, la calentamos en el microondas y ponemos en marcha la cafetera eléctrica mientras doramos el pan en la tostadora. Varios días a la semana ponemos lavadoras, aspiramos la casa y encendemos el lavavajillas.
Son operaciones que realizamos de forma mecánica, sin pararnos a pensar en la energía que consumimos cada vez que accionamos el botón de ON. Pero valdría la pena tenerlo muy en cuenta, sobre todo en términos de ahorro. Según la eficiencia energética de cada electrodoméstico, podemos llegar a ahorrar en energía unos 900 € de factura de luz al año.
Un repaso a las etiquetas
El etiquetado de los electrodomésticos, tal y como lo conocemos ahora, se implantó en Europa en el año 2012, aunque los primeros pasos se dieron ya en 1995. El objetivo era informar a los consumidores de forma clara y visual sobre los aparatos del mercado más eficientes, es decir, aquellos que ofrecen los mejores resultados gastando menos energía. De esta manera, se buscaba concienciar al ciudadano sobre la necesidad de realizar un consumo responsable y respetuoso con el medio ambiente.
La etiqueta energética es obligatoria en lavadoras, secadoras, lavavajillas, frigoríficos, aspiradoras, campanas, hornos, calentadores de agua, vinotecas, aparatos de aire acondicionado y fuentes de luz. La etiqueta sigue el mismo patrón en todos los países europeos, de manera que sin conocer el idioma podemos entender las características energéticas de los aparatos.
La clasificación se realiza en base a letras, colores y el símbolo +. Existen 7 etiquetas y cada una posee un color diferente:
- A+++, A++ y A+ son los electrodomésticos con mayor eficiencia energética. El A+++ corresponde al máximo ahorro.
- A y B son electrodomésticos con consumo moderado.
- C y D son aparatos con un alto gasto energético.
Es obligatorio colocar las etiquetas en lugar visible. Normalmente los fabricantes las sitúan en la parte frontal de los aparatos.
¿Es posible comprar electrodomésticos baratos con buena eficiencia energética?
La respuesta en sí. Aunque inicialmente la eficiencia energética iba asociada a precios elevados, los fabricantes han empezado a producir máquinas más económicas y con buenos resultados desde el punto de vista del ahorro. Hoy en día, podemos encontrar ya en el mercado electrodomésticos baratos de categoría A +++.
Consejos para consumir menos
Independientemente de la eficiencia energética que posean los electrodomésticos de casa, es recomendable cambiar nuestras pautas de comportamiento. Corrigiendo unos sencillos gestos podemos ahorrar bastante en energía y nuestros bolsillos nos lo agradecerán.
- Atención a los electrodomésticos pequeños, sobre todo la plancha, la tostadora o el secador de pelo, porque a veces son de los que más consumen.
- La nevera debe abrirse solo lo imprescindible, de lo contrario se pierde calor y el motor del electrodoméstico esté permanentemente en marcha.
- Stand by: esa lucecita roja, que a menudo pasa desapercibida, consume más de lo que imaginamos. Es conveniente apagar del todo los aparatos cuando no los vayamos a usar, incluidos el televisor, el ordenador, el equipo de música y las bases o regletas para enchufar varios aparatos a la vez.