¿Eres de los que en lugar de vivir solo has apostado por vivir en pareja? Esta nueva etapa de tu vida será clave tanto a nivel personal como en conjunto, pero la convivencia también será todo un reto. Por eso es es importante que conozcas los beneficios e inconvenientes de independizarse en pareja, así como algunas recomendaciones para que la vida en pareja sea un éxito.
Ventajas y desventajas de vivir en pareja
Al igual que vivir solo tiene ventajas y desventajas, empezar a vivir en pareja tiene efectos positivos tanto a nivel emocional como económico. Sin embargo, no todo es color de rosa y también habrá aspectos negativos que deberemos afrontar.
Beneficios de independizarse en pareja
- Estabilidad económica: si ambos miembros de la pareja trabajan, ambos aportan ingresos a la convivencia. Nunca es una garantía pero ayuda a sentirse más seguros que si vivimos solos, ya que si uno de las fuentes de ingreso falla, al menos tendremos otra con la que hacer frente a los gastos.
- Gastos compartidos: independizarse supone afrontar nuestros propios gastos, pero si nos independizamos en pareja los gastos de vivir solo los podemos compartir, permitiendo llegar a final de mes menos agobiados.
- Mayor conocimiento: al convivir con otra persona profundizas en ella, ya no sólo conoces sus cualidades sino también sus defectos, sus miedos, sus preocupaciones... Y debes aprender a intentar entenderlos o sobrellevarlos.
- Aumento de la paciencia y de la comprensión: todos tenemos manías y costumbres, y nuestra pareja no va a ser menos, por eso la tolerancia y la comprensión son fundamentales para vivir en pareja y que todo vaya sobre ruedas.
Dicen que el roce hace el cariño... pero como siempre sucede con los excesos, demasiados roces también puede ocasionar que la conviviencia se convierta en algo muy difícil. Prepárate para aprender y a enfrentarte a la parte menos bonita de la convivencia en pareja.
Inconvenientes de vivir con la pareja
- Más problemas: los problemas también serán compartidos, por lo que no sólo lidiarás con los tuyos propios sino con los de tu pareja también: estrés, días malos, broncas con terceros...
- Menos intimidad personal: el espacio y las rutinas también se comparten todos los días por lo que el tiempo para uno mismo y para hacer lo que nos gusta puede verse reducido.
- Más discusiones por las tareas de la casa: si no hacemos un reparto equitativo y nos coordinamos para realizar las tareas empezarán los reproches porque uno limpia y el otro no.
- Conflictos por las amistades y las familias: coordinar agendas para poder ver a amigos y familias, personas que no se soportan... también puede generar conflictos. Otra opción es quedar por separado y evitarnos el lío.